Premisas literarias.
Es frecuente que los árbitros de rol acabemos intentando crear una partida que esté basada en un libro que hayamos leido y que nos haya impresionado. Estamos seguros de que la historia también impresionará a otros y por eso queremos trasladarla a una partida de rol. Sin embargo, ¿no es igual de frecuente quedarse con un extraño sabor de boca al jugarla, un sabor amargo? Las cosas no salen como esperábamos y la partida no nos hace evocar siempre los mismos sentimientos que el libro. Es perfectamente lógico que ocurra así. Un libro y una partida de rol son medios diferentes de contar una historia y por tanto los mismos giros argumentales, personajes y suposiciones no sirven en ambas. Si esperamos que los jugadores se comporten tal y como lo hacen los de la novela, vamos listos; sin duda nos sorprenderan con cambios que no esperábamos. Si nos habíamos apegado demasiado al libro, esto puede defraudarnos. Yo creo que lo mejor es no partir de la idea de crear una partida que sea reflejo