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Calidad

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No son infrecuentes las conversaciones sobre calidad en los juegos de rol en las que el criterio que se usa para medir la misma es confuso, variable o incluso se desprecia (esa tontería de que "todo es cuestión de gustos"). Sobre estas cuestiones yo no siempre he pensado lo mismo, conste. Antes era mucho más flexible en mis criterios de calidad, en ocasiones hasta el absurdo y a menudo con mis propios escritos. Antes servía este argumento de "los gustos" para cortar una conversación sobre el tema en la que me estaban dando cera; hoy no. No es que fuera menos listo que ahora, sino que estaba menos formado en la materia. Yo creo que la calidad es (o puede ser, si se quiere ir de puntillas) un valor objetivo. Si creemos que la calidad es algo subjetivo ¿por qué la mayoría vamos a un médico de verdad en lugar de a un curandero de los que dan papelito a la salida del metro? Si pensamos que en el "arte" y la "cultura" no existe la calidad y todo

Marcharse

Le vieron marcharse, asomados a las ventanas de la fachada.  -Le han puesto en la calle.- comentaba uno desde el rellano, apagando su colilla en la maceta del geranio. -Iba siendo hora. Le vieron marcharse con sus dos bolsas de deporte pasadas de moda llenas de ropa por lavar y seguido de su perrillo negro sin collar que le seguía contento de dar un paseo extra. Dentro seguían los murmullos.  - Era su perro el que orinaba en la escalera. Esta gente es muy sucia. Qué gente? Estos, ya sabes. ¿No vivía una chica con él? Por ahí baja. Se acabará de levantar. ¿A estas horas? Se pasa toda la noche fuera. ¿Trabajando? Ya me gustaría saber dónde. ¿Y ese olor? Se habrá dejado las ventanas abiertas. Cocinan cada porquería. Y el riguitón o como se llame eso siempre a todo volumen. ¿Tú le dijiste algo? Yo nunca. Como para bajar a casa de ese, a saber lo que me hace. No, qué voy a ser racista. El que es mal vecino es mal vecino. Antes aquí sólo vivía buena gente. Le vieron marcharse y cruz

Músculo de narrador

Tenía la sensación de haberlo perdido. La habilidad de narrar, especialmente de describir con eficacia lo que ocurre en una historia e improvisar acciones o detalles, es como un músculo. Hay gente que nace con fibras musculares más grandes o más pequeñas pero en esencia, entrenarlo y usarlo en condiciones de reto es fundamental para que crezca. Además, es una habilidad muy específica. Es diferente de la capacidad para inventar mecánicas, diseñar sistemas, imaginar ambientaciones, crear tramas de aventura o pasar a texto cualquiera de estas. Así, aunque algunas de las habilidades que se ponen a trabajar en los juegos de rol están relacionadas entre sí, se puede ser mucho mejor en una que en otra. Yo tenía la sensación de ser un buen narrador, en el sentido definido anteriormente. Llegó un momento, hará casi un año, en que creí empezar a perder esa capacidad o haber mermado enormemente, en todo caso. Primero sentía que las descripciones no llegaban a la mesa de juego y luego fui de

Bitácora: ética en los juegos de rol

Mi compa Unai Rojo ha tenido a bien invitarme a su canal de youtube para que charlemos en vivo y directo de algo que llevamos discutiendo en privado un tiempo. Sin mucha ambición, solo esperando aportar un grano de arena a la normalización de ciertos criterios y sobre todo herramientas. Herramientas éticas en los juegos de rol

Jugar con niños

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AVISO: esta entrada reúne y reescribe dos entradas antiguas sobre jugar con personas de menos de 11 años de edad, a las que se añade una tercera, inédita, sobre los problemas que nos encontramos a la hora de jugar con ellas. Es por tanto una fusión de material antiguo y nuevo que he creído interesante que estuviera en el mismo post en esta nueva encarnación del blog. ____________________________________________________________________ En primer lugar, ¿para qué jugar con niñas y niños? La primera respuesta es la más obvia: por ellos. Es decir, ya sé que el mundo rolero está lleno de gente que no quiere tener hijos (lo cual está muy bien) y de gente que no se siente capaz de interaccionar con niños (lo cual, lo siento, les resta muchos puntos en mi escala de gente que mola), pero si en un momento dado te toca estar con críos y mantenerles un rato entretenidos, el rol es una actividad más, probablemente les gustará y es buena para ellos. Pero la otra respuesta es que si nos gus

Cuatro millones de años

Dicen que las diferencias entre dos personas se deben a nuestros cuatro millones de años de evolución. Parecen muchos pero son en realidad muy pocos. Comparados con otras especies, somos apenas un ramillete de flores, la mayoría secas, en un gigantesco majuelo alcanzado por la primavera. ¿Cómo puede la biología explicar cada uno de los pequeños insultos ocultos en una conversación educada? ¿Es posible que los genes hilen tan fino, planeen una estrategia tan afilada contra los sentimientos de otra persona? ¿Cómo sabe tu ácido desoxirribonucleico dónde iba a terminar esto? Cuatro millones de años no lo explican pero tu portazo sí.

Clavos

Era el truco más importante de su vida, con el que quería vencer a su padre el destino y su madre la desgracia, según los cuales nada le había salido ni le saldría bien en la vida. Intentó lo más complicado, varios trucos a la vez, haciendo la extraña cuenta de que juntando mañas en las que era mediocre podía sumarlas para hacer un éxito. De pie sobre su cama de pinchos, las manos ocupadas en malabares con antorchas y un puñal tragado hasta media garganta pero al faquir lo que le sentaron mal fueron los clavos. Dos cajas se había tragado. El público contenía el aliento con los dedos y los dientes agarrotados, tan ilusionados con el éxito como expectantes por el fracaso. Al faquir no le sentaron bien los clavos, decía. De hecho, mal, muy mal. Lo primero que el público notó fueron unos espasmos abdominales. La desnudez del disfraz, taparrabos blanco y turbante azul, dejaba ver al estómago culebrear hacia arriba. Al llegar la contorsión aquella hasta la garganta, en las filas más