Bitácora: actividades organizadas (Día D Juego).

Era mi primera partida con este grupo, mezcla de jugadores de distinta veteranía en el rol, con quienes yo solo había echado hasta ahora una pachanga de Zombicide. Con el objetivo de ver qué forma de jugar se les da bien, qué tipo de historia les gusta, cómo podríamos jugar juntos en adelante y cómo integrarme yo en un grupo ya formado, me decidí por ofrecerles una aventura muy corta y en el contexto de una actividad organizada. Siendo algunos de ellos fans de los juegos de de estrategia e históricos, sugerí como primera partida la desarrollada por Juan Carlos Herreros para el Día D Juego de Sombra.

Se aceptó la propuesta y conseguimos un grupo de cuatro jugadores, para los que ajusté un poco la letalidad de la aventura para que encajara con un equipo más pequeño de lo esperado (creo que es recomendable para seis, por su dureza). Y nos pusimos a ello el mismo día de la conmemoración del desembarco.


Tras el reparto de papeles y equipo, así como descripción del mapa y algunos ejemplos de tiradas de dados para explicar las bases del sistema de juego, pasamos a explicar el contexto histórico del desembarco mientras rugían los motores del avión y cada cual revisaba el equipo del compañero de delante. Los detalles de color histórico gustaron especialmente, como imaginaba al haber allí algunos fans de la historia de la IIWW. El momento del descenso, los miles de paracaídas, las balas del antiaéreo zumbando y el edificio ardiendo dieron calor a la partida.

Es el de esta aventura un comienzo fuerte, de lleno a las brasas. Los pjs quedan aislados del resto del batallón por culpa del viento del oeste. Además, al aterrizar dos de ellos fallaron el salto, quedando heridos y en una mala posición, en las mismas narices de un antiaéreo enemigo, debiendo permanecer ocultos, mientras los otros dos, parapetados e inadvertidos realizaron una maniobra combinada de ametralladora y granada con buenas tiradas para reventar a los del antiaéreo antes de que se dieran cuenta de lo que ocurría. Aun así uno de los krauts sobrevivió a las primeras ráfagas y logró arrancar el vehículo para huir. ¡Había que derribarle antes de que advierta a alguien más! De hecho, lo lograron, dejando así un hueco en la línea de defensa exterior alemana.



En ese momento y tras entablillar la pierna de uno de sus hombres, el sargento ordena avanzar entre los edificios hacia un campo de árboles frutales, quedando nuestros soldados entre las dos zonas defensivas enemigas, exterior e interior. Decidieron atacar por la retaguardia a la primera, disparando parapetados entre los árboles. El actor sorpresa les permitió hostigar al enemigo lo bastante para obligarle a abandonar su posición, aunque otro de los americanos resultara herido.

En ese momento escuchan cómo comienzan el asalto sus compañeros reagrupados al noroeste y deciden apoyarlo entrando en la ciudad, de nuevo entre edificios. Esto les provoca algún susto al localizar movimiento en una casa que resulta ser solo un anciano francés al que casi vuelan la cabeza del susto.

Por fin, acechan una granja cuyo patio y muro exterior está sirviendo de base a un grupo de enemigos que resisten desde ahí el asalto americano, que a tenor de los disparos resultaba extrañamente ineficaz. Acercándose con cuidado obtuvieron una buena posición y con una granada provocaron estragos en el grueso del enemigo, que se dispersó buscando una buena posición desde la que disparar.

En este momento de equilibrio de fuerzas, alguien dispara contra los pjs desde el interior de la casa, hiriendo gravemente al sargento y al cabo. Uno de los soldados reaccionó de inmediato tirando una granada al interior de la casa y entrando tras la explosión por una ventana. Aquí tuvimos una escena tensa mientras el héroe solitario y el tirador se buscaban el uno al otro, coincidiendo por fin, de repente, al doblar una esquina. Por muy poco, nuestro hombre logró ser más rápido y meter una bala en el pecho del oficial alemán que ejercía de francotirador.

Al mismo tiempo y mientras los pjs que estaban fuera mantenían a raya a los alemanes ya parapetados, los compañeros paracas tomaron esta posición al asalto, bayoneta por delante. ¿¡Bayonetas!? Buen momento para explicarle a los jugadores que el teniente coronel que mandaba las tropas había dado la orden de atacar cuerpo a cuerpo para evitar disparar en la oscuridad de la noche a compañeros, dato histórico, de nuevo, que alguna mandíbula desencajó.


Se hacía tarde y decidí no usar la parte final de la aventura, la defensa de la ciudad de los tanques alemanes al contraataque. Los pjs estaban bastante tocados de salud y tras una felicitación, se les colocó en la retaguardia de la defensa, desde donde asistieron como espectadores a la lucha final, que resumí para ellos.

Al terminar hicimos unas valoraciones de la partida, del estilo de juego, expliqué el por qué de mi elección y les pregunté a qué querían jugar la próxima vez. Se decidió jugar en el mundo de La Llamada de Cthulhu, pero pidieron usar como sistema de juego alguno que se base en un solo tipo de dados. Acordando que yo buscaría una aventura para este verano y que colgaría este actual play, nos dispersamos.

En lo personal, aparte de lo agradable de encontrar más gente con quien jugar, me gustó la sensación de estar inmerso en una actividad organizada a nivel nacional, sincronizada no espacial, sino temporalmente, con una temática concreta. Ya sabéis que me gustan las acciones de visibilidad, no tanto en el sentido de "salir del armario rolero" sino en el de "no nos mires, únete" y creo que esta en concreto se puede aprovechar además para atraer a fans del wargame al rol, igual que quería plantear en este grupo alguna actividad temática de zombis para atraer a los fans de este tema que haya en nuestro municipio a los juegos de tablero y rol.

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