Bitácora: todo lo que no es rol

Después de mucho tiempo ausente, me apunto de nuevo al Carrusel Rolero, iniciativa destinada a hablar cada mes de un tema, propuesto por el blog anfitrión. ¿Cómo ser anfitriones? Tan fácil como tener un blog que hable de rol, entrar en este enlace, leer las normas y apuntaros a un mes, proponiendo vuestro tema.

Mi tema de este mes es "Todo lo que no es rol" y es un tema amplio con toda la intención. La idea es que habléis de cosas que no sean juegos de rol, como hobbies, actividades, personas, lugares, comidas, música, etc., a las que hayáis llegado gracias a la intervención necesaria de los juegos de rol. Podéis hablar de unas o de muchas, a vuestro criterio.

Pero también podéis tomar  el tema en un sentido más amplio y aprovechar para hablar de algo que no sea rol, ni relacionado, para variar la temática del blog. O bien, para hablar de actitudes que creáis que deberían salir del rol. En resumen, haced lo que queráis mientras el título "Todo lo que no es rol" le encaje a la entrada. ¡Acordaos de dejar un enlace a vuestra entrada en los comentarios de este blog, para que edite la entrada añadiendo todas vuestras aportaciones!

En mi caso, como siempre, voy a por una lista de cosas que me he obligado a aprender o a hacer por culpa del rol. A saber:

- Me nació el gusto por el senderismo, el ecologismo y por vivir en la montaña a raiz del placer que me daba imaginarme las historias que jugábamos en la Tierra Media y Dungeons and Dragons. Hasta entonces y a  pesar de los esfuerzos paternos por llevarnos a por setas, yo me definía como patológicamente de ciudad.

- Estudié psicología, pero hice asignaturas de libre configuración de Historia Medieval Española porque por entonces estaba muy enganchado a Aquelarre. Aprobadas con buena nota, por cierto.

- La historia de la Primera Guerra Mundial nunca me interesó, pero ni un poco. Tampoco los procesos migratorios a EEUU durante el primer tercio del siglo XX. ¿Praga? Bah, vista una ciudad, vistas todas. Bastaron unos módulos de Cthulhu para empollar como un loco las tres cosas.

- Lo mío eran los libros y los mortadelos. La tele y las tecnologías en general eran cosa del diablo. Mi primer ordenador (128 Ks, like a boss) no hubiera aparecido por casa si un colega no me hubiera regalado un Traveller fotocopiado.

- Te puedo decir de carrerilla los platos típicos que se sirven en la ruta del Orient Express, tres teorías sobre salto hiperlumínico, cinco sobre viajes en el tiempo y guiarte de memoria por Manhattan sin haber estado en la vida. Pero esto imagino que casi todos los roleros pueden hacerlo.

- Efectividad aproximada de los juegos de rol como gancho para pescar pareja entre los no roleros: 70%.

¡Next!

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