Comunidad

Hace tiempo me prometí que que reactivaría este blog con una respuesta al post de José Manuel Real en PiedraPapelD20 sobre la comunidad rolera y un posible manifiesto de la misma, inspirado en un manifiesto punk, cosa que de por sí ya me hace interesarme por el asunto. Pero he tardado tanto en entrar al trapo que, más que una respuesta, voy a dar continuidad a una conversación que considero importante en la que ya han entrado, al menos, Unai Rojo y Pablo de Santiago, aportando mi visión a este tema partiendo de las suyas y entendiendo que se complementarán en muchos puntos. Bien, al lío.

He de decir que no podría estar más de acuerdo con la premisa, expresada en el artículo de José Manuel, de que identidad no es comunidad. Tenemos la perniciosa tendencia a hacer esa identificación entre "conjunto de personas que crean, editan, llen o juegan rol" y "comunidad rolera"; pero eso no es una comunidad, es un mercado, como apunta también Unai. Llamar comunidad al mero escribir, vender, comprar y jugar, despojar de adjetivos al conjunto de los roleros hace más ancho el mercado, sin duda. Si mi producto es "rolero" y tú eres "rolero", este producto es para tí. Si mi producto es rolero y feminista, caramba, igual los machistas van y no me compran

Desde mi punto de vista, identificación=comunidad no es algo positivo, ya que fuerza la falta de crítica y te permite pertenecer a una entidad sin aportar nada a ella, haciendo valer los retuits o el voto en una encuesta más que el trabajo concreto. Como el espectador que se identifica con un equipo de fútbol hasta el punto de creer que forma una comunidad con los jugadores, afirmando "hemos ganado".

Este tipo de identificación es de la que creo que habla Pablo. No coincido con su idea de que la asimilación a un grupo sea una tendencia adolescente pero sí con la de que no es posible extraer de la mera identificación rolera una comunidad con unos valores distintivos, dando en la diana cuando añade que no nos podemos sentir "orgullosos" de algo tan normalizado y falto de valores concretos como jugar al rol. Soy más optimista que él porque mi pretensión, como desarrollo más abajo, no es abarcar nunca a "los roleros" a la hora de crear una comunidad "con unos ideales, valores y facetas definidas". Agrupar a la totalidad es imposible porque jugar al rol lo pueden hacer personas con intereses y creencias no solo distintas, sino contrapuestas, irreconciliables.  Sin embargo, ¿no nos podríamos sentir orgullosos de una comunidad que difunde juegos de rol con ciertos valores (licencias libres, ecologismo, creados por cooperativas independientes...)? ¿Que introduce ciertos valores en las partidas y en las jornadas que se organizan? Aunque no estén todos en ella. Que tiene objetivos, como recalca Unai.


Por sí solos, los objetivos se quedarían en mera declaración de intenciones, en estética y volveríamos a la identificación sin más. Cuando José Manuel avanza para hablar de identidad y comunidad, dice que la pertenencia a una comunidad es la identificación con sus acciones; correcto. Aunque aún me falta algo. Una comunidad digna del nombre sería no solo la suma de las acciones de sus individuos en base objetivos, sino que habría que añadir una estructura nuclear que ayudase a que las acciones tiendan a los objetivos declarados.

Apelo por tanto no solo a buscar una comunidad cuyas acciones nos gusten, sino a crear una o a modificar las existentes con valores que promuevan dichas acciones positivas e incluso luchen contra el desarrollo de otras nocivas. En resumen, aspirar a algo más que participar; a crear una comunidad que construya algo en dirección a un objetivo, una intención, una ruta. Porque sin ese objetivo, intención o ruta no es, de hecho, una comunidad.

Más allá de eso, yo apostaría, ¿por qué no? por una buena comunidad, con objetivos concretos pero también positivos. Cuando hablé de esto en twitter se me criticaba el riesgo de dejar fuera de esa comunidad a algunas personas por sus ideas. En realidad, lo que sí pretendo dejar fuera son esas ideas. Una comunidad que busque ser positiva no puede considerar respetables todas las opiniones. ¿Respetamos el acoso? ¿La homofobia? ¿La apología de la violencia, el terrorismo, el racismo? ¿Qué tendría de malo construir para evitar esos comportamientos? ¿Qué tenemos en contra de decir que nuestra comunidad pone medios activos para lograr la igualdad de género? O, ¿qué tendría de malo una comunidad que incluya normas antiracistas? ¿Acaso queremos una comunidad machista o racista? 

Y podemos ir más allá de las normas. Podríamos animar a hablar de derechos laborales en la industria del rol o de inclusividad afectiva en las reglas de interacción romántica. Dedicar parte del esfuezo de la comunidad a mostrar el esfuerzo de juegos que incluyen valores positivos en su ambientación. Valorar y apoyar más, como comunidad, las jornadas solidarias. Facilitar la participación en nuestras comunidades de colectivos desfavorecidos.

En resumen, creo que nunca podría haber una comunidad simplemente "rolera", si queremos distinguir el concepto "comunidad" de otros como "afición" o "mercado". Creo más bien que hay y puede haber comunidades identificadas con unos valores, que pueden (y deberían) trabajar varias de ellas juntas en valores comunes y sinérgicos (por ejemplo, la justicia laboral interesa al feminismo y al antiracismo). Veréis que mi propuesta se parece mucho a una asociación. En efecto, una asociación sería una agrupación de personas unidas para unos objetivos: mi definición de comunidad. Más estable, más concreta, más interesante y más productiva que la identificación y que da más sentido de realización y pertenencia. ¿Y el manifiesto? Se podría crear un "manifiesto rolero" que no se quede en qué es el rol o ser rolero, sino que abrace desde el principio una definición de cómo cree su autor que debería ser la comunidad rolera. 

Por supuesto, otra cosa que podríamos hacer es reconocer que jugar al rol no es tan importante como, por ejemplo, lograr la igualdad, y en lugar de llevar valores positivos a organizaciones roleras, podríamos llevar el rol a organizaciones cuyos valores ya nos hagan sentir orgullosos. Mejor aún, juegos con valores positivos en organizaciones con esos mismos valores. Rizar el rizo. Todo dependerá de dónde se sienta más cómoda cada persona.

Comentarios

  1. Interesantísimo punto de vista.
    Creo que voy a hacer una segunda lectura de la entrada para profundizar en las ideas que planteas.
    Te animo en todo caso a que hagas un esbozo de ese manifiesto que comentas, y que lo hagas no con aspiraciones de que sea definitivo, si no abierto hacer triturado y destrozado durante semanas sino meses para ver si sale algo final de él.
    Gracias me has dado que pensar.

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    1. Gracias por tu comentario, Sirio. Dado que el manifiesto es una iniciativa originalmente de José Manuel, espero más bien ver el suyo y/o contribuir según él así lo vaya decidiendo. De momento podemos trabajar de forma activa para que algún día un manifiesto así no enumere lo que queremos que sea una comunidad rolera, sino que la describa. ;) Un saludo.

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  2. Enhorabuena, resulta inspirador. Gracias por animarme a actuar.

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    1. Gracias, Pedro. Si la entrada tiene una motivación, aparte del desarrollo de la conversación, es esa. :) A ver si generamos suficiente movimiento entre todas las personas interesadas.

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  3. Gracias por la mención.
    Como dije en otro lado, no me refiero que querer ser miembro de una comunidad te haga adolescente, me refería a que a nivel antropológico esa ansia de desligarse un poco de la familia para pertenecer a grupos distintos se inicia en la adolescencia. No estaba llamando "niñato" a nadie, por ejemplo.
    En cuanto al manifiesto, creo que esto debería partir desde las asociaciones, pero puede ser algo muy interesante.
    Gracias de nuevo, y un saludo.

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    1. Gracias a ti por pasarte a comentar y por la aclaración, Pablo. Lo que dices de las asociaciones es muy interesante. Estoy de acuerdo con que un manifiesto proveniente de ellas (bastaría empezar con algunas de las más representativas) sería mucho mejor aceptado. Igual, a Asociaciones que llevan un tiempo funcionando con unos fines solo lúdicos les podría costar incorporar nuevos valores de forma expresa si no hay suficiente homogeneidad interna respecto a ellos. Pero parta de donde parta el manifiesto, sin duda la aceptación de las asociaciones (roleras y no roleras que incorporen rol) puede ser fundamental.

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